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Arriluzeko
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Base de Salvamento Marítimo de Arriluze Sea Rescue Station of Arriluze |
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RESCATE
DE UN PRÁCTICO o la importancia de salir abrigado - Marzo de 2000
Tras avisarle, recogí los pertrechos básicos, que en este caso y con las prisas quedaron reducidos a las llaves de la embarcación, equipo de comunicaciones y el botiquín (elemento siempre indispensable). Seguido, salí corriendo a la lancha sin darme cuenta de que iba vestido únicamente con una camiseta y un pantalón corto (uniformidad del sueño). Mientras arrancaba la lancha y bajaba Koldo para patronearla, comencé un rítmico castañeteo de dientes, que se trasformó en una auténtica tiritona en cuanto salimos disparados hacia el Abra exterior. Localizamos al náufrago, que resultó ser un práctico que se había caido desde la escala de un mercante, rompiéndose un brazo. Cuando llegamos al lugar exacto, la víctima estaba en el agua agarrada a un aro salvavidas cerca del barco de prácticos (no lo podían subir a bordo debido a la altura hasta la cubierta - francobordo). A pesar de estar aterido por el frío, en ese momento (no sin recibir una sugerencia por parte de Koldo) me tiré al agua para poder subirlo tras inmovilizarle el brazo. El frío me cortaba la respiración, y antes de la maniobra conseguí recuperar mis gafas (me tiré al agua con ellas y me di cuenta cuando se desprendieron de mi cabeza). Estábamos los dos al borde de la hipotermia, con lo que tras subir a la lancha, nos quitamos las pocas ropas, nos abrazamos para darnos calor (según protocolo de hipotermia internacionalmente establecido) y nos envolvimos en una de nuestras mantas térmicas. Seguidamente procedimos al traslado hasta tierra, donde esperaba una ambulancia para el náufrago y una ducha caliente para mi. Fué
mi primera salida a por un ser humano vivo, y sin duda, resultó
una experiencia inolvidable. Ante todo aprendí una lección
muy importante: a la mar siempre hay que salir abrigado.
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