Arriluzeko
Itsas Erreskate Basea
Base de Salvamento Marítimo de Arriluze Sea Rescue Station of Arriluze |
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RESCATES COCHE
HUNDIDO EN PORTUGALETE - 15 de Enero de 1999
El coche había terminado en aguas de la ría Nervión en el municipio de Portugalete justo a 50 mts. por donde el que aquí suscribe había pasado hacía escasamente una hora. Entre la sacudida que supone el ya tan familiar, por desgracia, sonido de dicho aparato y a pesar del sueño que había hecho mella hacía unos pocos minutos, cogí el coche y salí zumbando hacia la base de salvamento sita en Arriluze. Una vez llegado a Cruz Roja, y no sin antes haber "obligado" al puente colgante a moverse hacia Las Arenas en cuanto entré con el coche en la barquilla, los voluntarios que primero llegamos nos dispusimos a recoger todo el equipo necesario para realizar una inmersión nocturna con una visibilidad de 10 cm. en los mejores casos. Además del patrón de la embarcación Arriluze II (una Duarry Cormorán de 7.80 mts. de eslora y con dos motores fueraborda de 115 C.V.) Koldo Larrazábal, salimos dos buceadores, Borja Basagoiti y Víctor González, parte integrante del Grupo de Buceadores de Rescate de Cruz Roja Arriluze. La tragedia era palpable. Unas personas que caen en un coche y no salen por sus propios medios es sinónimo de ahogamiento. La oscuridad del medio, el coche volcado y el nerviosismo por parte de las personas del interior no ofrecían lugar a dudas. Conscientes del trago que supone este tipo de actuaciones, Víctor y yo comentábamos la estrategia a seguir mientras cargábamos los equipos, ya preparados para estos eventos, y mientras nos acercábamos al lugar del suceso (a escasos 10 minutos de navegación). La policía local y bomberos ya estaban acordonando la zona y nos dispusimos a localizar el coche con las dificultades de visibilidad ya comentadas. Mediante un cabo de señalización atado a la embarcación en un extremo y al coche en otro, definimos el área de actuación. Primero
contabilizamos el número de víctimas dando un rodeo al coche,
que se encontraba boca abajo con el morro hundido en el lodo, y mirando
por el portón trasero y las ventanillas, siempre con sumo cuidado
de no aletear ni por supuesto tocar el fondo. El primer problema era el
lodo, una especie de polvo que a la mínima corriente que existiera,
hubiera hecho que los 10 cm. de visibilidad quedaran en 0. Así,
con sumo cuidado, observamos a dos hombres y una persona con el pelo largo
que le tapaba completamente la cara (posiblemente una mujer).
Tras hacernos con una palanqueta, rompimos la luneta del portón del Ford Fiesta y procedimos a recoger a las tres personas que yacían cadáver. Una a una las introdujimos en la camilla nido que habíamos traído con nosotros en la embarcación. Mientras se elevaba la misma y se recogía en tierra a la víctima, nos sumergíamos para ir sacando al resto del grupo de jóvenes que habían quedado en el interior. A mitad de la intervención apareció la Ertzaintza con otros dos buceadores que amablemente se ofrecieron a ayudarnos. La dificultad de las maniobras y el escaso espacio en el que nos movíamos hicieron que les diéramos una negativa hasta que no vaciáramos el coche de personas. Una vez finalizada la operación, uno de ellos entró al vehículo para recoger algunas pertenencias que había quedado en el lugar de la tragedia. Tras subir a tierra, comentamos a los municipales de Portugalete la situación en que se encontraban el coche y los ocupantes, y fuimos requeridos para ir a Comisaría y relatar los hechos con más detalle. Volvimos a base para cambiarnos y nos trasladamos a Comisaría. Allí se encontraba el propietario del coche, que se había quedado a charlar con un amigo mientras los tres acompañantes entraron al coche y, según las últimas noticias que he podido recabar, el frío que reinaba hizo que arrancaran el coche para poder poner la calefacción. Momento éste que precipitó el coche al agua al encontrase la marcha metida. Mientras el pobre chaval, en una sala contigua a la nuestra, empapado y cubierto con una manta, estaba acompañado por un amigo, Alberto, un municipal experimentado, buceador como nosotros, y viejo conocido por gente de nuestra Base de Salvamento, nos tomaba declaración y dirigía la investigación de manera que no tuviéramos que comparecer en el juicio que tendría lugar más adelante. No he vuelto a tener contacto directo con dicha tragedia si no contamos una llamada que me hicieron, días más tarde, para concretar un par de detalles. La noticia dio la vuelta a España, en todos los canales de televisión, en todos los telediarios, y fue objeto de investigación. Si bien había una señal que prohibía aparcar coches en dicha zona, no existía ningún impedimento físico que complementara dicha señal. Nadie avisó de la existencia de dicho coche en tal zona. No obstante todo el mundo sabía que cada fin de semana había turismos aparcados en dicho lugar. Además se da la coincidencia de que dos años antes había ocurrido algo parecido aunque sin lamentar víctimas ya que el conductor salió por la ventana. En
fin, una experiencia difícil de olvidar que marca a personas que,
como nosotros, voluntarias con ganas de ayudar, con conocimientos y buena
predisposición, rezan por que momentos como éstos siempre
terminen con una sonrisa en boca de todos, salvadores y salvados.
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